Por Héctor Bayona | Mayo, 2025 |
Artículos sobre comunicación.
Hay palabras que usamos con tanta frecuencia que su significado nos parece obvio. “Comunicación” es una de ellas. La decimos al ver una campaña, al leer una noticia, al escuchar a alguien hablar con pasión. Pero basta detenerse un momento para encontrar que detrás de su aparente sencillez, hay una gran complejidad.
Intentar definir qué es la comunicación es como tratar de capturar una nube. La atrapas por un momento y luego se disuelve. Hay tantas definiciones, tantos enfoques, que uno no sabe si estamos hablando de un asunto exclusivo de comunicólogos, o también de filósofos, científicos, artistas, sociólogos o psicólogos. Si mirámos a la comunicación a través de un caleidoscopio, veríamos cómo sus formas se despliegan como una realidad viva, compleja, que no se deja reducir a una sola definición, ni puede comprenderse sin mirar sus enredos, sus contextos y sus contradicciones.
Piensa esto, ¿qué no es comunicación hoy? Es cultura, claro. Y también es tecnología. Es un mensaje de WhatsApp y a la vez un mural en la calle. Es una campaña política, un “te quiero” al oído. Es control, pero también resistencia. Se entrelaza de forma indeterminada, y se retroalimenta sin conocer fronteras. Se manifiesta en pinceladas, en haluros de plata, y ahora en píxeles. Es emoción, gesto o conducta que nos advierte. Es símbolo, significado, y sentido que auto-organiza lo social y lo colectivo. Es conocimiento que puede desinformar. Es teoría explicativa, y a la vez disciplina práctica. Es problema ontológico, jaqueca epistemológica. Puede ser clara, directa, hecha de palabras o sonidos, aunque también es verdad que el silencio puede partir una habitación en dos.
Y así, paradójicamente, las múltiples definiciones, enfoques y paradigmas sobre la comunicación terminan siendo caprichosos. Justo ella, que sirve para el diálogo y la construcción de acuerdos, nos complica la vida cuando queremos ponernos de acuerdo sobre qué es. Su propia multidimensionalidad nos impide establecer consensos mínimos sobre cómo entenderla. Algunos teóricos nos han advertido que ya caímos en el relativismo teórico (Vidales, 2015). Por otro lado, los más entusiastas —y optimistas— han propuesto sinfín de clasificaciones, mapas, esquemas, matrices. Todos útiles, sin duda, pero también todos incompletos. Cada vez que intentamos encerrar a la comunicación en una sola caja, algo se queda fuera. Por eso, la idea de construir una teoría general que lo abarque todo ha demostrado ser, más que inalcanzable, innecesaria (Martín Serrano, 2007), así como un dislate académico o una erudición de escasa utilidad práctica (Saladrigas, 2024).
Y bueno, si queremos clasificarla, la cosa se complica aún más: ¿es humana, organizacional, mediática, o digital? ¿Es comunicación para el desarrollo, para la salud, para el medio ambiente, publicitaria, pedagógica, política, de manejo de crisis, periodística, social, terapéutica, sostenible, inteligente artificialmente? Cada una con su propia visión metodológica, su práctica particular y su ámbito de aplicación. ¡Fiu!..son demasiadas cosas para una sola palabra .
Pero bueno, mientras seguimos intentando ponernos de acuerdo —teóricos, académicos y profesionales—, quizá valga la pena hacer una pausa y recordar de dónde viene la palabra “comunicación”. Proviene del griego anakoinoum, que significa algo tan sencillo —y tan esencial— como “poner algo en común”. No convencer. No impresionar. No manipular. Poner algo en común. Compartir.
No está de más recordarlo. Podemos usar la comunicación —en nuestras casas, en las calles, entre instituciones, entre países— no como campo de confrontación, sino como espacio de encuentro. Como una forma de tender puentes entre las diferencias, de dialogar en lugar de imponer, de escuchar antes que gritar. Y eso, al final del día, es lo que me sigue pareciendo valioso. Porque más allá de las teorías y las plataformas, lo que verdaderamente importa es si logramos encontrarnos.
En tiempos de tanto ruido, de disenso inútil, y de oidos sordos, quizás volver a lo común —a lo compartido— sea, simplemente, el mejor camino.
Al tiempo.
Héctor Bayona
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Bibliografia
Bayona, H. (2025). El Caleidoscopio Conceptual de la Comunicación. [Tesis doctoral en preparación]. Multiversidad Edgar Morin.
Martín Serrano, Piñuel.. Teoría de la Comunicación. Epistemología y análisis de la referencia, 1ra. edición en México, UNAM, México D.F., 1991.
[1]Saladrigas, H. (2025). Teorías de la comunicación social: apuntes sobre sus rasgos en la actualidad. Ocean Sur.
Vidales, C. (2015). Historia, teoría e investigación de la comunicación. Revista Comunicación y Sociedad